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| | | Has decidido algo pero los autores de la historia no te hacen caso. | Te inquietas, no entiendes qué es lo que está pasando. Quieres explicaciones. Conoces a los autores, sabes que son ellos los únicos que pueden hacer algo por ti ahora. Reflexionas: estás perdido.
En medio de tanta confusión, ya no sabes si lo que querías era quejarte por la obscena pérdida de tiempo que la participación en esta aventura representó, o llegar a un acuerdo cuerdo con Víctor Sueiro. Encuentras consuelo en pensar que... en realidad, no encuentras consuelo: te encuentras sin suelo y sin Sueiro... pero eso es bueno.
Con mucho trabajo, caminas cabizbajo bajo una luz fuerte. Ves pasar al lado tuyo un escarabajo y te preguntas por qué hay tanta rima forzada en estas oraciones. Enseguida resogas, recabos y recuerdas la política interna de este grupo de escritores: cuando no se ocurre nada, se curra escurriendo el castellano.
Como decididamente no le tienes esperanzas al talento de los escritores y sabes que van a seguir divagando idiomáticamente (es decir, idiótica y automáticamente), decides leer sólo por encima. Tarde. El texto ya te ha hecho efecto: te quedas dormido.
Alguien interrumpe tu siesta qué fantásticafantástica esta siesta. Escuchas "Psst, lector..." Abres los ojos y ves a tu alrededor a los 11 autores de la historia. Entonces era cierto?, piensas, son personas tan reales como la sidra!? Te emociona estar frente a tus creadores, pero te subleva saber que estás emocionándote sólo porque ellos escriben y disponen que te emociones con su presencia, cuando en verdad, sólo te debates entre la emoción y el odio.
Uno de ellos toma la palabra. Como la palabra está natural, pide hielo (para romperlo) y dice: "Estuvo bárbaro este tiempo que compartimos juntos. Vivimos cosas muy lindas, cosas que quedan para siempre, ¿entendés? Fue... no, no sé cómo decirlo. Fue hermoso esto que tuvimos. Personalmente, nunca me voy a olvidar. Pero... mirá, vení, sentate."
Te sientas. Ellos se arriman, te dan unas palmaditas en el hombro, te despeinan, te hablan cariñosamente. Perra_Laika te da sus Kleenex y tiende su mano hacia ti y te dice: "Esto no va más, pero por favor no lo tomes como algo personal. No sos vos. Somos nosotros. Necesitamos tiempo, tiempo para pensar bien qué queremos, una pausa. Pero queríamos decirte las cosas como son: llegaste a un final, lector."
Entonces, cierras los ojos justo a tiempo antes de que aparezca la terrible palabra
| | FIN |
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