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Yo: Capaz que me voy en un rato.
Cecilia: Capaz que te acompaño.
Yo: Capaz que me afanan.
Cecilia: Capaz que te lo merecés.
Yo: Capaz que me importa.
Cecilia: Capaz que no.
Yo: Capaz que me hartaste.
Cecilia: Capaz que da lo mismo.
Como a tantos, no nos cuesta nada confundirnos mutuamente.
Sólo a la hora de comunicarnos somos incapaces.
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Hora: 12.38
Lugar: Palermo
Situación: 8 horas 22 minutos para el final de Psicología.
Después de recorrer unas 15 cuadras vimos por fin un kiosco con fotocopiadora. El Oasis.
- Me hacés un juego de todo esto?
- Sí, 20 centavos cada copia.
- Ehhh?
- Y sí, a esta hora...
No lo pensamos dos veces, ni nueve. Nos fuimos. Y así como nos fuimos, volvimos, después de confirmar que en Palermo a medianoche nadie saca fotocopias.
-Bueno, hacéme un juego.
-Cómo no, son 30 centavos cada copia.
Felisa dixit: "Las clases sociales en argentina se dividen básicamente entre quienes sacan la basura, y quienes la revuelven."
Perra Laika dixit: "Las clases sociales en Argentina se dividen básicamente entre quienes sacan la basura, quienes la revuelven y quienes tendrían que ir adentro de la bolsa."
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Era para untar, era para untar!
El lunes me olvidé la llave. El lunes me dieron una copia. El martes me olvidé la copia. El martes me dieron un reto. El miércoles me acordé de la llave pero me olvidé la copia. El jueves me olvidé ambas. El viernes me encontré 100 pesos y experimenté una alegría inversamente proporcional a la neurosis que sentí el mes pasado cuando los perdí.
Antes de salir de casa siempre hago una lista mental para asegurarme de no estar olvidándome nada. Pero no sirve, siempre me olvido de salir con la memoria puesta. Esta ausencia absoluta de memoria me ubica al nivel promedio de la mayoría de los argentinos (con la única diferencia que ellos votan)(y yo también lo habría hecho)(si no me hubiera olvidado de buscar mi documento).
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Adivina adivinador...
Qué tiene...? Terror a las muchedumbres, vértigo ante la sensación de vacío espiritual, el mal de la contradicción aguda y un autoestima agonizante?
Respuesta: Leticia!
Y qué tiene...? Necesidad de la gente, satisfacción absoluta por sentirse completa, seguridad en todo lo que hace y un autoestima inquebrantable?
Respuesta: Leticia!
Qué, qué ponés esa cara? No te dije que era contradictoria?
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Say no more:
Andrea: Hoy le compré los regalos a Junior de la lista que le hizo a Papá Noel (mirando preocupada a mi mamá) Leti sabe, no?
Yo: !
Agus: Estoy saliendo con alguien del otro curso.
Yo: Uhm... mientras no sea Papmín! Porque la verdad es que hay que ser bastante--
Agus: Es Pampín.
Yo: !
Nacho: Qué hora es?
Xavier: Francia.
Yo: !
Gonzalo: (agarra el teléfono) Llamános (cuelga el teléfono).
Yo: Che, la llamaste 30 veces y las 30 veces la deliraste, le dijiste de todo menos linda. Nadie es tan imbécil o tiene tan poca autoestima como para, después de todo--
(suena el teléfono)
Yo: !
Generalmente me quedo sin palabras. No, mentira: generalmente tengo demasiadas (pero tampoco sirven de nada).
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-Te vas a tener que ir.
-No me voy.
-No te ofendas, pero me molestás.
-Pero yo quiero quedarme y me voy a quedar acá.
-Yo te entiendo, ahora entendéme vos. Vas a irte por las buenas o por las malas.
-No me voy nada.
-No me hagas usar la fuerza!
-Vos sacáme de acá y te hago un desastre que ni te imaginás!
-Me cansaste.
Entonces la saqué y ella cumplió con su amenaza.
Nota mental: Nunca más tratar de entrar en razón con una cascarita.
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Gracias totales:
Lo que yo quiero hoy es abrirte los ojos, la cabeza y la puerta, para que pases y veas. Estoy acá para decirte gracias, gracias por existir. Porque vos no sos prescindible. Hacés falta y no hacés paro, estás siempre ahí, firme para los que te necesitamos. Estás lleno de cosas. Aunque a veces te cerrás, pero no importa, porque todos sabemos que es algo pasajero. Nos ofrecés todo. Date cuenta: vos importás. Importás velas, importás sahumerios, importás juguetes y artículos para el hogar. No sé qué haríamos sin vos. Y es que no sólo sos un supermercado, también sos un superamigo.
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Marchando:
Izquierda, derecha, derecha, centro, izquierda, derecha, centro, izquierda, centro.
A mí no me sorprende que estemos como estamos.
Qué otra cosa se puede pretender? ...si hasta a la Política la terminamos mareando!
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Nota Salazar:
Yo soy una persona. Un individuo. In-dividua. No me divido. Y no escucho Divididos. Y tampoco me gusta Dido. Ni Fido Dido. No hago pedidos ni despidos. Porque no soy la jefa de nadie. Y mi jefa tampoco es jefa porque es un hombre. Pero eso era una garantía antes, cuando, si eras un hombre, no podías ser jefa. Después llegó Cris Miró y nunca nadie se enteró qué fue lo que miró, o si fue solamente un espejismo. Y tampoco nadie se preocupó, la mayoría se ocupó después, se postocupó. En definitiva, ocupados o desocupados, cuestionarse algo así no vale la pena, y la pena está más devaluada que el austral en la época de Alfonsina Storni. Así que dejemos al idioma en paz, que defenderlo sería ser más papista que el papanicolau. Que tengan un buen día.
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Sánchez, no te enganches:
Derechito a casa camino por la cuadra de enfrente y lo veo a mi kiosquero saludándome. Sacudo la mano, sonrío y antes de pestañear por segunda vez, veo al famoso Tercero en Discordia, un caminante cualquiera que descaradamente alza la mano en gesto de saludo al kiosquero (mi kiosquero), irrumpiendo así con una desfachatez inaudita en el rito de salutamiento (no, no estornudé, pero gracias) kiosqueril. Así que trato de disimular la risa, esa risa instantáneamente silenciada al ver al kiosquero saludando (en realidad) a un Cuarto en Discordia. Entonces, el Tercero y yo, no nos animamos a mirarnos a los ojos y seguimos como si nada, y ahí es cuando sin darme cuenta, empiezo a hacerme chiquitita y me voy por la alcantarilla como las tortugas ninja. Bueno, miento, pero sí es verdad que hubiera dado unos cuantos dedos del pie porque pasara (total? por algún tiempo me parece que no vuelvo a caminar)(por esas cuadras, por lo menos).
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Te das cuenta de que no sos lo que se puede decir una persona con demasiada suerte cuando:
Pisás una baldosa floja. Te doblás el tobillo. Caminando a la Facultad. A la que llegás tarde. Para un Examen Espantoso. En el que encontrás una profesora distinta. Que te pide el documento. El mismo que nunca le pedís de vuelta. Cuando termina el Examen Espantoso. En el que te va mal. Muy. Anotás una fecha de retiro de notas en el pizarrón. Que no es. Salís a la calle y llueve. Tu paraguas descansa tranquilamente en el living de tu casa. A 40 cuadras de donde estás.
Ya sé lo que pensás, pero no: ojalá estuviera exagerando.
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Otra vez sopa:
Uno quisiera creer que después de un cierto tiempo, ya no cabe lugar para un diálogo así:
Vecina: A qué piso vas? (sorprendida) Sos Leticia!
Yo: Y...
Vecina: No te reconocí!
Yo: A mí también me pasa.
Vecina: Pero cuántos años tenés ya?
Yo: 18.
Vecina: Qué grande que estás!
Yo: En algún sentido...
Vecina: Y pensar que yo te conocí cuando eras así de chiquitita!
Yo: Esos años felices.
Vecina: Cómo pasa el tiempo!
Yo: (pienso) Felizmente.
Pero sí. A las 18.25hs del día viernes comprobé que siempre van a tener lugar.
Conclusión: Sospecho que el mundo está puesto en modo loop, repeat, repeat, repeat, entonces todo se repite: algunos repiten los mismos diálogos, otros repiten los mismos errores, hay quien repite 3er año de la secundaria, hay también quien repite la comida. Yo, para no ser menos, repito mis propias ideas. Pero juzgar quién está peor es imposible. Por mi parte, (tal vez por vivir en Buenos Aires)(tal vez por vivir en el mundo) no encontré todavía un juez competente.
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