Hola. Me llamo Leticia y soy neurótica. Hola grupo.
Ring. Qué, quién, a esta hora, dejame de hinchar, ¿nadie piensa que es domingo y la gente duerme? Hay que ser jodido para llamar a esta hora (ring) un domingo, ni Laura sería capaz de, no, sí, sí, sí sería capaz, por supuesto que sería capaz, la muy Laura (ring) a otra persona no se le ocurriría andar llamando a esta hora un domingo (ring) está clarísimo que es Laura que obviamente necesita algo, que la escuchen llorar por sus dramas y ¿a mí quién me escucha, Laurita? (ring) ¿Vos me escuchás? No! Vos hablás hablás hablás porque es lo único que sabés hacer, ¿o miento? (ring) Vos que nunca pensaste en nadie y andás llamando un domingo y a esta hora! (ring) Alguien te tiene que poner los puntos y voy a ser yo, porque los hipócritas de tus amigos nunca (ring) serían capaces de eso como no son capaces de nada porque son una manga de inútiles (ring) y seguro por eso son tus amigos, sino no se explica pero (ring) ahora vas a escucharme pedazo de yegua infeliz y hola, qué? No, equivocado.
Todavía temblando de nervios, fui a buscar la agenda donde no, por supuesto que no tenía el teléfono nuevo de Laura porque sabés qué pasa, la última vez que la vi estábamos en sexto grado, se debe haber mudado.
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El botón para llamar a cualquiera de los dos ascensores está en el medio de ambos y, a diferencia de ellos, es uno solo:
Volver a, o salir de casa impone un universo de azares ahí, a 40 cm de la pared, donde se debate mi suerte en esos 3 segundos que tarda en abrirse una de las dos puertas, 3 segundos para elegir izquierda o derecha pero obedeciendo al instinto y únicamente al instinto, cerrar los ojos, enfilar para el lado que corresponda y ver con gran satisfacción la elección bien hecha y qué placer... 3 segundos robados a la burocracia departamental, pensar que podría haber gastado esos 3 segundos esperando saber cuál de los ascensores iba a abrirse! Qué placer.
Pero puede que el rumbo elegido no fuera el correcto (en ese caso, vale decir que no fue ni la suerte ni el instinto errado, que había un 50% de posibilidades en contra, que no es poca cosa), entonces hay que asumir la derrota con la frente casi pegada contra un muro de puerta ascensórea que no va a abrirse (porque no va a abrirse) y dar un paso atrás, rectificar camino silbando bajito y ojalá que nadie me haya visto.
La próxima vez, elegir la escalera y optar por lo seguro, que lo seguro (y esto lo es:) no abunda.
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No hay nada más importante que la higiene emocional
...por eso hoy me propuse hacer limpieza a fondo. Lo primero que hice fue agarrar todas las cartas que me escribió y guardarlas en cajas, una vez hecho esto, puse sus regalos en bolsas de nylon. Las canciones dedicadas, eliminadas permanentemente. A las fotos, tijeretazo por la mitad y la mitad de la mitad, hasta llegar a la mitad de la mitad de la mitad (cuadraditos de imágenes irreconocibles). Tuve que lavarme los dientes 18 veces para borrar rastros de las palabras y promesas pronunciadas. Me bañé en alcohol para emborrachar la piel, para que se olvide de una vez. Y así, con mucha paciencia y aplicación, me deshice de todas las exterioridades recordatorias: junté cajas, bolsas, cuadraditos y demases, los dejé en la pila de basura y me fui a acostar.
Ahora que quedó todo limpio y listo, solamente me falta dejar de sentir.
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Anotaciones para Escrito-Lectores:
Capítulo I: La incoherencia.
En este capítulo vamos a tratar un tema de suma importancia: la supresión de la incoherencia en los textos. Estos son los pasos a seguir:
1) Ubique el texto que contiene la incoherencia (esto es fundamental: sería incoherente intentar extraerla de un texto coherente)
2) Válgase de un arma (sugerencia: lápiz con gomita, ideal para gente propensa al arrepentimiento)
3) Acérquese lentamente al párrafo sospechoso (no se demore mucho en este punto, la incoherencia es incoherente, no tonta: no la subestime)
4) Trace un círculo alrededor del párrafo y subraye todas las partes que necesiten ser revisadas (es imprescindible que el círculo esté cerrado herméticamente, no pueden quedar espacios de fuga)
5) Tome unas tijeras y extraiga la incoherencia (utilícelas a criterio y por favor, no se distraiga con sus uñas, estamos tratando de hacer cosas importantes acá)
6) Cerciórese de que la incoherencia no esté escondiéndose en ninguna parte (revise cajones, muebles, carpetas, chancletas, pararrayos, australopitecus, dientes de caballo regalado, etc)
6) Controle su pantalla y el contenido de estas instrucciones (...le pedí por favor que hiciera el círculo cerrado para evitar que se fugazzetara!)
5) Usted es un papanatas. Su incoherencia se ha escapado y ha venido a poblar estas líneas (el daño es irreversible. reiteramos: irreversible es daño el)
4) Pare de sufrir.
3) O mátese.
2) Vuelva prontos.
1) Capítulo I: La incoherencia. Cómo eliminarla?
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No tener ganas de nada, literalmente nada, una nada nueva descubierta a partir de la experiencia abrumadora que me sobrexige y me satura y me limita y me lleva al estado de no tener ganas de nada, literalmente nada, una nada nueva descubierta a partir de la experiencia abrumadora que me sobrexige y me satura y me limita y me enseña una nada nueva, descubierta a partir de la experiencia abrumadora que me sobrexige y me satura y me limita y me encierra en este círculo de no tener ganas de nada, literalmente nada, donde puedo hablar sólo de esta nada nueva descubierta a partir de la experiencia inexperta abrumadora e inoxigeda, irrespirable y tóxica, desbordante de nada, de una nada nueva: cierta, absoluta, entera, infinita, completa (una nada llena de todas las cualidades que yo no tengo).
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