Estoy, digamos en...¿vieron ese estado en el que uno aplica todas sus fuerzas (o las pocas que quedan) en bloquearse, mantenerse alejado de lapiceras teclas biromes y se obliga a sí mismo a silenciar para no dar lugar a la mentira alegre y desfachatada porque detesta más que nada ver convertida la angustia (que nace en la médula y la uña y la tercera o cuarta vértebra) en un texto mentiroso y engendrante que pretende hacer de esa angustia algo palpable y nunca es, por la imposibilidad que acarrea el hablar acerca de esa muerte mal sincronizada, tipo de muerte poco común o no tanto, que es cuando la persona muere en su interior pero toda la parte externa se mantiene viva y hola hola buen día qué tal sí gracias un cortado cuatro pesos hasta plaza italia por favor etcétera? Bueno, eso.
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Todo empezó con un título El lector se arrojó a la primera oración del texto envuelto en una incertidumbre sin límites, la autora del mismo dijo que el lector se arrojó a la primera oración del texto envuelto en una incertidumbre sin límites mientras ella se lanzaba al intento de verbalizar las sensaciones de aquél en el acto de la lectura que seguía cumpliéndose obedientemente de izquierda a derecha. La formación del ejército de palabras se mantuvo firme en un orden impuesto por las oraciones de la escritora, que seguía avanzando línea a línea en esa misma dirección izquierda derecha. Por su parte, el lector empezó a sentir un rechazo del texto hacia él, algo así como una nostalgia por haber sido primera persona al principio y ahora tan sujeto tácito, habré dicho algo mal, qué hice, por qué, pero bueno, lector, le dijo la escritora, al final del texto y de la vida, ni vos ni yo somos imprescindibles, triste pero cierto. Esa fue la primera y última vez que la escritora y el lector coincidieron en un punto
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Anotaciones para Escrito-Lectores: Capítulo II. La redundancia En esta segunda parte desarrollaremos otro tema clave a tener en cuenta a la hora de la escritura o lectura de un texto: La redundancia. Cómo evitarla? Cómo evadirla? Estos son los pasos a seguir: 1) Si usted se propone evadir la redundancia, sólo imagínese a la misma en forma de institución extractora de dinero (a modo de ejemplo, proponemos la DGI). 2) Si, en cambio, usted pretende evitarla, la tarea es tanto más fácil: cambie de teléfono, dirección, nacionalidad, sexo y messenger (si la redundancia insiste en ponerse en contacto con usted, no ceda) (es en serio, no ceda) (porque está claro que la redundancia tiende a insistir) (por eso, no se deje tentar por la insistencia de la redundancia) (de otra forma, el texto producirá cansancio, fatiga, agotamiento, fastidio, hastío, aburrimiento, hartazgo, molestia, cansancio, tedio, molestia, hastío, fastidio, hartazgo, etc) (así que no permita que la redundancia insista tanto de manera tal que consiga su objetivo) (el cual es, valga la redundancia, redundar) (así como redundan todas las redundancias) (puesto que son redundantes) (dada su naturaleza misma de redundancias) (naturaleza que implica, forzosamente, redundar) (redondeando: no redunde). Para más información sobre el tema, siga estas instrucciones.
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